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La segunda década del siglo XXI es la más disruptiva y transformadora de toda la historia de la humanidad. Lo dicen MIT, Barack Obama, Elon Musk, la Universidad de Stanford, etc.
La tecnología, soportada por la ilimitada capacidad de procesamiento y almacenamiento de la nube ha formado lo que tendemos a llamar una “Tormenta Perfecta” donde convergen una serie de factores aleatorios (muchos de los cuales se incubaron décadas atrás) que crean condiciones únicas e inigualables:
Y fue allá por los principios de los 1900 que Henry Ford acuñó esta frase que fácilmente podría ser de Steve Jobs:
“Si les hubiera preguntado a mis clientes qué es lo que necesitaban, me hubieran dicho que un caballo más rápido”
Henry Ford
Un estado de falla del negocio donde la tecnología y la sociedad avanzan más rápido que la capacidad de la empresa para adaptarse – Brian Solis
Comiencen por poner bien los pies en la tierra y entiendan que el ecosistema global en el que viven y las reglas que las rigen: La Cuarta Revolución Industrial (World Economic Forum, Davos, Suiza, 23 de enero de 2016).
Todo comienza por transformar a tu empresa en un verdadero “Social Enterprise” donde la información fluya ágil y rápidamente transformándose en conocimiento gracias al paradigma de las redes sociales, solo que esta vez serán cerradas a la corporación (Yammer, Slack o Workplace) y donde todos nos veremos beneficiados por la agilidad y versatilidad internas) para gestionar la colaboración y el flujo de la información y la innovación (bye, bye email overflow).
En una era de hiper-conectividad social y móvil, toda empresa debería ser capaz de innovar y cambiar de forma hiper ágil y proactiva, liderando el cambio en lugar de ser afectado por él.
Un Social Enterprise es una organización cuya cultura, procesos y sistemas de información fomentan que vastas redes de personas creen valor de negocio a través de la colaboración, la innovación y el desafío permanente del status quo.
Es una firma que añade al crecimiento incremental, el crecimiento exponencial y otea constantemente el horizonte a la caza de esas oportunidades para crecer en rangos exponenciales, no solo de dos dígitos.
Se fundamentan todo en un muy profundo WHY!!!! Porqué seguir haciendo lo mismo, por qué no salirnos de nuestro nuestro business model tradicional, porqué seguimos haciendo las cosas como siempre, por qué seguimos dentro de nuestra zona de confort tan ricos y acurrucaditos mientras el techo se nos cae en la cabeza!!!
Estas firmas exponenciales necesitan crear todo un nuevo set de métricas para medir el éxito fundamentalmente porque logran activar el “network effect” que cambia por completo cómo se mide el valor de una empresa.
¿Cómo van a poder sostener el crecimiento exponencial con sistemas legados cuya lógica se basa solo en crecimiento incremental?
Al comienzo combinarán los dos modelos de crecimiento, el incremental con el exponencial, pero luego, los sistemas de gestión, los procesos y sobretodo la cultura corporativa legada deberá transformarse digitalmente para soportar el crecimiento exponencial potenciado por el network effect.
Lo incremental sienta metas en lo que podemos ver. Lo exponencial, tiene una idea seminal, la hace crecer un poco y luego no tiene idea de a donde ésta lo llevará!!! Pero esa forma de operar es ahora parte de tu nuevo business model, de tu nueva forma de operar, de tu nueva cultura corporativa, del tipo de talento que quieres retener y atraer y como empresa aprendes a funcionar así:
Incorporando el riesgo, el error y la incertidumbre casi absoluta en tu ecuación de creación de valor.
Un Network Orchestrator conecta a las personas de modo que puedan compartir información, conocimiento e ideas rápida y ágilmente a través de conversaciones públicas o privadas no basadas en «one to many sino en many to many», transformando la información en conocimiento que luego comparten con todo el grupo económico y en múltiples formas de contenidos atractivos, inteligentes, valiosos y cautivantes que la gente consume, retroalimenta y hasta reconfigura (prosumer).
Lo móvil y lo social ha dejado de ser un tema tecnológico para transformarse en un nuevo estilo de vida que forma parte de nuestro quehacer diario tanto en lo laboral como en nuestra vida personal. Se ha conformado el “Sistema Nervioso Digital del Planeta” y o bien decidimos ser nodos que aportan valor al ecosistema o simplemente nos hacemos irrelevantes y el mundo nos dejará atrás.
¿Por qué no hacer de la experiencia de nuestros dos principales clientes, el cliente externo y el cliente interno, una experiencia ágil, extraordinaria (es decir: no ordinaria) con la que enganchemos, innovadora, disruptiva, entretenida, emocional y humanamente? ¿Que nos haga levantarnos de la cama temprano y salir corriendo felices porque estamos yendo a trabajar en un ecosistema extraordinario que realmente está haciendo del mundo un mejor lugar para vivir (Propósito).
¿Cómo desarrollamos una cultura apasionante, ágil, altamente competitiva y le proveemos a este talento de un ecosistema que les permita dar lo mejor de sí mientras hacemos que la experiencia de trabajar en la firma sea verdaderamente extraordinaria y haga del mundo un mejor lugar para vivir?
La transformación de una empresa hacia un “Social Enterprise” no es tanto un tema tecnológico… es sobre todo una transformación cultural centrada en las personas y los procesos (soportada por la tecnología) de modo que la experiencia de trabajar en la firma sea apasionante y ágil y le permita a nuestro personal desarrollar su potencial personal y profesional al máximo.
Es sobretodo… un cambio radical de mindset… de «traditional» a “exponential mindset”
Todo se trata de aprender más rápido
No puedo comulgar más con lo que plantea mi gran amiga Inés Temple en su artículo: Aprender más rápido, a raíz de su última participación en Sigularity University:
(…) Es impresionante como los humanos no mejoramos realmente a menos que nos reten o presionen. Eventos como estos son un jalón de orejas para desterrar la complacencia: no quiero ser como aquellos que andan dormidos en la rutina de sus vidas sin pensar dónde van, dónde quieren ir y menos, qué tienen que hacer para llegar allí. Sin ninguna curiosidad ni ambición por aprender, por dejar un legado, por saber cosas nuevas, por crecer. Que no hacen nada para anticiparse a lo que muy pronto afectará muchísimo sus trabajos y sus vidas, cómodos como están hoy, con mil excusas que los atrapan en lo fácil y conocido. Y que cuando se dan cuenta, ya es muy tarde para reaccionar y cambiar.
Pablo Bermúdez
Consultor Internacional en Transformación Digital, Knowmad, Empresario, Mistagogo, Profesor, Expositor, Escritor y mil cosas más…
Director en The Startup Factory
Twitter: @pablober
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Blog: https://www.pablobermudez.com/