Hoy en día, las empresas en todo el mundo, se ven amenazadas por condiciones, apenas impensables unos años atrás: Vivíamos en un mundo más o menos predecible, y de pronto todo cambió; una pandemia global con sus terribles consecuencias, la injustificada y surrealista invasión de Ucrania por parte de Rusia, el entorno geopolítico más volátil y retador que ha experimentado el mundo desde la segunda guerra mundial, hacen del entorno global uno de los más impredecibles de la historia humana.
Grandes fuerzas están en contraposición, grandes socios interdependientes, muchas veces con intereses en colisión: China vs Estados Unidos y sus aliados europeos en particular, han transformado nuevamente el mundo en una confrontación bipolar (algunos quisieran decir multipolar) de intereses, donde está en juego, literalmente, la dominación global (Global Dominance, igualito a una partida de Risk).
Esta acumulación de condiciones sumadas a muchas otras inmanejables variables, hacen de los tiempos que estamos viviendo uno de los de mayor incertidumbre para personas, empresas y gobiernos en todo el mundo.
La reacción natural de las personas, los CEOs, los directorios y la mayoría de presidentes de muchos países ante la incertidumbre suele ser (en la mayoría de casos) retraerse, proteger lo que se tiene, ser conservadores, claudicar ante el miedo y esperar a que las condiciones vuelvan a la normalidad.
Pero… ¿Qué pasaría si ya no hay retorno a la normalidad?
Estas empresas, que ya estaban sufriendo el impacto de estas duras condiciones, ahora, al haberse retraído, han perdido competitividad, perdido el ritmo y al tratar de protegerse se han hecho, sin quererlo, mucho más vulnerables.
El problema está en que no hemos querido escuchar, entender o leer los signos de los tiempos. Científicos, sociólogos, antropólogos, conservacionistas, politólogos, todos han estado anunciando durante años que se nos venía encima una revolución que afectaría todas las índoles del quehacer humano.
Estas revoluciones están creando tanto oportunidades como desafíos para las personas, las empresas y las sociedades, y sus impactos se harán cada vez más grandes en los próximos años.
No me voy a extender en todas las revolucione que están transformando al mundo porque nunca terminaría, y las dejaré dentro del ámbito del propósito de este blog: La Tecnología.
Hay varias revoluciones tecnológicas importantes que actualmente alterarán “lo normal” y están creando ya “una nueva normalidad” en el mundo y sin duda, no habremos mencionado todas, pero restringiéndonos al tema tecnológico, estas son algunas de las revoluciones que más están afectando al entorno empresarial en este momento:
En su acepción más sencilla (puedes explorar el tema en mayor profundidad aquí), trata de la adopción generalizada de tecnología digital, incluidos Internet, dispositivos móviles, e inteligencia artificial, Machine Learning, Computer Vision Natural Language Processsing, etc. está cambiando drásticamente la forma en que las personas viven, trabajan e interactúan.
Como ya mencionamos, “La más grande revolución de la historia de la humanidad” de acuerdo al World Economic Forum (también puedes explorar más el tema aquí), hace referencia a la profunda transformación en curso de la economía y la sociedad global impulsada por tecnologías emergentes y disruptivas, como la inteligencia artificial, el Internet de las cosas, la robótica, la biotecnología, entre otras, que están haciendo borrosa las fronteras que solían dividir lo biológico, lo físico y lo digital.
Todos estamos ahora disfrutando (sí, esa es la palabra correcta) del trabajo autónomo, híbrido y flexible, lo que ha posibilitado el auge del trabajo remoto con todas las ventajas económicas, sociales y ambientales que le está trayendo al mundo… Los que abogamos desde hace décadas por las grandes ventajas que el trabajo remoto, no podemos menos que reconocer, que este fenómeno se ha hecho global, y que muy irónicamente, le debemos su éxito a la pandemia de COVID-19.
Es sin duda uno de los fenómenos que más está afectando a las empresas en todo el mundo: Mayores costos, interrupciones en la cadena de suministro, daño físico a las operaciones, mayores riesgos humanos, regulatorios y legales, conflictos sociales, daño a la reputación, etc.
Hace referencia al aumento exponencial en la cantidad de datos que se generan, recopilan y analizan en los últimos años debido a los avances en tecnología y comunicación. Esto ha llevado a un cambio en muchas industrias y ciencias hacia una mucha mejor toma de decisiones, basada en datos reales creando así extraordinarias nuevas oportunidades para la innovación y el desarrollo social, económico, científico y tecnológico.
Para bien del mundo, la revolución en las energías renovables, como la energía solar, eólica, nuclear de cuarta generación, de hidrógeno y otras tecnologías emergentes, está reduciendo la dependencia de la humanidad de los combustibles fósiles y está mitigando los impactos del cambio climático en el planeta. Algo también inconcebible algunos años atrás.
La revolución de la salud ha sido impulsada por varios factores, incluidos los avances en la investigación médica, el mapeo de ADN, y una cada vez mayor conciencia social sobre la salud (no solo de personas, también de animales y plantas). Los avances en biotecnología, medicina y salud digital están generando nuevos tratamientos y enfoques para la atención médica, como en muchos casos, hace poco inimaginables.
Un líder anticipador (sí ya sé, suena mejor en inglés) aprovecha la data, la tecnología y un conocimiento profundo de la organización, su entorno global y local y el panorama competitivo para tomar así decisiones informadas, valiente, visionaria y diseñar un plan estratégico. Comprenden la necesidad de adaptarse y evolucionar constantemente para satisfacer las necesidades cambiantes del negocio, los clientes y el mercado. Crea procesos ágiles y fomenta, uno de los aspectos más estratégicos de las empresas líderes mundiales: Crea una híper cultura corporativa centrada en las personas y su capacidad para innovar (Nunca olvidemos que no son las empresas las que innovan, son las personas que trabajan en ellas).
Es una persona proactiva, curiosa, en permanente estado beta. Está a la vanguardia identificando las tendencias futuras, prediciendo y respondiendo al cambio innovando.
Para ser un líder anticipador efectivo, uno debe tener una comprensión profunda de su industria y de las tendencias económicas, tecnológicas y sociales globales y locales que la están moldeando. También deben tener una visión sólida y habilidades de pensamiento estratégico, así como la capacidad de motivar e inspirar a sus equipos para aceptar el cambio y trabajar hacia un objetivo común.
En resumen, un líder anticipatorio es un visionario que es capaz de ver lo que viene, actuar con rapidez y decisión para abordar los desafíos, minimizar los riegos e identificar y explotar rápidamente las oportunidades, creando una hiper cultura de innovación, en desafío constante del status quo y en un permanente proceso de mejora continua e incluso, de reinvención personal y corporativa.
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