Este post ha sido visualizado un total de
A diferencia de muchas personas que ven el futuro con nerviosismo, miedo y hasta resignación (ante la inminente destrucción del equilibrio medioambiental que sostiene la vida en nuestro hermosísimo, mágico, sublime y único planeta); yo, por el contrario, creo que estamos en “La mejor era de la historia de la humanidad para estar vivo”.
Como humanidad, parece que nos cuesta mucho tomar conciencia de todo lo que comprende no solo la historia del universo, de la creación, de la realidad de la que formamos parte. Una de mis frases favoritas, más reveladoras y que suelo repetir como un mantra para mantenerme verdaderamente consciente de la fascinante realidad en que vivimos es del gran astrónomo y cosmólogo norteamericano Carl Sagan.
Mientras más estudio sobre la radical transformación que estamos viviendo como humanidad y la aún más disruptiva e inimaginable era post singularidad que estamos por vivir (según todas las estimaciones a partir del año 2045) no puedo más que sentirme absolutamente maravillado e incluso abrumado.
Es natural que muchos piensen que aquellos que como yo, nos dedicamos a hacer conocidas estas increíbles realidades, estamos mal de la cabeza o que nos falta algún tornillo, porque asimilar tantos conceptos de tantas ciencias, tantos descubrimientos impensables apenas pocos años atrás y vaticinios de un futuro inmediato que parece de ciencia ficción es un esfuerzo enorme de asimilación de conocimiento.
Pero es real, nada de lo que hago mención en este o previos artículos es producto de mi imaginación, como ya lo mencioné, se trata de ciencia fáctica, no de ciencia ficción, consultando solo las fuentes de más impecable credibilidad. Lo que sucede ahora, es que está vez la realidad no solo ha alcanzado a la ficción, la sobrepasa absolutamente.
Si me detengo a mirar la historia de la humanidad y reflexiono brevemente al respecto basado en hechos tangibles, se me presenta ante mí una realidad tan reveladora, que entiendo que toda la existencia humana parece en sí misma un acto sobrenatural, ya que en poquísimos años hemos pasado de vivir una existencia básica, basada en creencias mitológicas, a que se nos revelen los secretos más íntimos del universo.
Basta un simple ejemplo que recojo de Singularity University: “En la edad media, una persona corriente, medianamente informada, medianamente instruida, recibía a lo largo de toda su vida la misma cantidad de información que un ejemplar del día de The New York Times [1].
Es decir, que en apenas 700 años, hemos evolucionado como una especie que manejaba limitadísimas cantidades de información, a una civilización que produce más información en un día que toda la humanidad que ha existido previamente produjo en nuestra historia.
Valga mencionar que The New York Times, hace pocos años ya hizo la transición de papel a digital, siendo está última su principal unidad de negocios mientras que el diario impreso es relegado a una segunda posición y va camino a desaparecer en los próximos años.
Esta es entonces la “Gran Revolución del Conocimiento” hecha posible por sorprendentes, poderosos y rapidísimos avances tecnológicos, o a lo que muchos llamamos “La tormenta perfecta”:
La Cuarta Revolución Industrial o Globalización 4.0
Director en The Startup Factory
Twitter: @pablober
Linkedin: http://www.linkedin.com/in/pablobermudezmogni
Blog: https://www.pablobermudez.com/